A diferencia de los autos eléctricos, un auto híbrido incorpora dos tipos de motores, el motor a combustión con inyección electrónica de combustible o diésel que tiene la gran mayoría de los vehículos actuales y un motor eléctrico, que se aloja en las ruedas o en la transmisión del vehículo.
De esta manera, un auto híbrido funciona utilizando indistintamente sus dos motores, el a combustión y el eléctrico, para distintas circunstancias del andar del vehículo.
En el mercado existen dos tipos de autos híbridos, uno enchufable o PHEV y el convencional no enchufable, conocido como HEV. Los enchufables tienen mayor autonomía solo con motor eléctrico, pues tienen baterías más grandes.
El vehículo híbrido PHEV, tiene la capacidad de ser 100% eléctrico, cuando su batería ha sido bien recargada. Este tipo de híbrido puede andar por largos kilómetros solo con el motor eléctrico, llegando incluso a tener consumo cercano a 0 km/l durante ese recorrido.
Como señalan desde el sitio de Hyundai, un híbrido enchufable junta lo mejor de los dos mundos: eficiencia energética en los motores eléctricos y gran autonomía de un vehículo a combustión.
Por ser enchufable tiene la etiqueta de cero emisiones, dado que puedes andar muchos kilómetros solo con el motor eléctrico. El Hyundai Ioniq que estuvo el año pasado, pero que por ahora está descontinuado en Chile, es enchufable y tiene una autonomía entre 52 y 66 km, quizás suficiente para ir de la casa al trabajo y viceversa en la semana.
Desde Volvo aseguran que los híbridos enchufables son perfectos para desplazamientos cortos, dado que puedes usar el motor eléctrico solamente, sin gastar combustible. Al respecto, es bueno considerar que un híbrido enchufable es más barato que un auto 100% eléctrico.
Ya, en distancias más largas y con mayores exigencias a la performance del bólido, se activa el motor a combustión, actuando el vehículo en su conjunto de forma híbrida.
Una desventaja logística, es que el PHEV necesita de un punto de recarga para recuperar su energía.
Por su parte, el híbrido no enchufable HEV, recarga sus baterías, o su batería, con los movimientos del auto. Las aceleradas, frenadas e incluso la dinámica en algunas curvas hace que las baterías tomen la energía cinética producida para generar carga en las baterías.
A baja exigencia, en la ciudad, tiende a funcionar el motor eléctrico, el que está todo el tiempo recargándose con las aceleradas y frenadas en el taco.
Eso sí, el motor eléctrico no solo actúa en el taco en la ciudad, también asiste al motor a combustión en carretera. En adelantamientos o subir pendientes, pueden funcionar ambos motores a la vez mientras el motor eléctrico se recarga mientras funciona.
Cuando se va cuesta abajo, las frenadas y el enganche de la caja ayudan a cargar la batería, a la vez que el sistema de frenado regenerativo ayuda a la frenada y disminución de velocidad del auto en pendiente.
Si algo no quedó claro, este video de Toyota lo explica en 30 segundos
Más allá de que tengas un PHEV o un HEV, la cuestión es que las diferencias entre consumo urbano y extraurbano respecto de los motores a combustión se acortan y mucho, pero ¿Por qué ocurre esto?
La respuesta es sencilla, la labor que hacen los motores eléctricos ayuda a bajar el promedio del consumo de combustible, puesto que en el caso del HEV, puede funcionar solo con el motor eléctrico en la ciudad, donde se circula a baja velocidad, donde se frena y acelera mucho.
Los vehículos HEV en ciudad, pueden funcionar solo con su motor eléctrico, casi sin utilizar el motor a combustión, ahí lógicamente el consumo de combustible se reduce considerablemente, pues ni siquiera se utiliza en algunos casos.
En esta misma línea los híbridos enchufables, si es que tienen su batería correctamente cargada, podrían andar cerca de 50 kilómetros solamente con el motor eléctrico, en carretera y a 100 km/h o más.
Tal como en el caso anterior, la utilización del motor eléctrico sí o sí va a bajar el promedio de consumo si hacemos pruebas en un viaje, por ejemplo, Santiago – Viña del Mar, donde hay que recorrer poco más de 120 kilómetros.
Si viajo con un vehículo a combustión que consume 20 km/l en carretera, en un viaje sin sobresaltos, a 100 km/h entre Santiago y la ciudad jardín, debería gastar cerca de 6 litros de gasolina en completar el viaje.
En cambio, si viajo con un híbrido enchufable, donde su motor a combustión consume cerca de 20 km/l, podría andar 50 kms con el motor eléctrico y los otros 70, con el motor a combustión. Ahí solo necesitarías considerar el valor de los 2,5 litros de gasolina que necesito para completar el viaje, más lo que costaría recargar el vehículo en una estación de carga.
Misma situación ocurre, por ejemplo, con un HEV. Imagina que vas saliendo por la Ruta 5 Sur en un fin de semana largo. El taco a la salida de Santiago va a permitir que te muevas con el motor eléctrico que se irá recargando conforme frenes y aceleres en el taco en la carretera.
Luego, cuando se suelta el taco, puedes empezar a acelerar para utilizar ambos motores a la vez. En este caso, también verás reducido el consumo final de combustible, dado que en el taco solo funcionó el motor eléctrico.
Es por estas razones que los consumos de gasolina en los híbridos cambian. En un híbrido enchufable puedes usar el motor eléctrico por varios kilómetros, bajando el consumo de bencina o diésel. Así, bajan los consumos urbanos y extraurbanos.
En los no enchufables, mientras se esté transitando a bajas rpm, en ciudad o en lugares donde no se puede acelerar mucho, actuará el motor eléctrico, bajando también el consumo de gasolina, mejorando el promedio.
Al mismo tiempo, asistirá al motor a combustión cuando una performance más deportiva lo exija, funcionando ambos motores a la vez.
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