Como te hemos contado en otras publicaciones, una de las alternativas que existen para financiar un auto es el crédito o compra inteligente, con la que el vehículo se va renovando cada 2 o 3 años, y se compone de 3 fases:
1..- El pie que das por el valor del auto, el que generalmente corresponde al 20%, aunque este porcentaje puede variar entre el 0 y el 50%, dependiendo de la concesionaria.
2.- Pactas otro porcentaje del valor del auto en 2 o 3 años, periodo en el que pagarás cuotas más bajas.
3.- Finalmente, al cumplirse los 24 o 36 meses de las cuotas pactadas, deberás pagar el Valor Futuro Mínimo Garantizado, VFMG del auto, también llamado “cuotón”, que corresponde a la parte faltante del valor del vehículo que no quedó cubierta con el pie ni las cuotas intermedias.
En esta etapa también está la alternativa de no pagar el cuotón, sino entregar el auto en parte de pago para comprar otro vehículo o devolverlo a la concesionaria.
En este caso, la opción es devolver cuanto antes el auto a la concesionaria donde se realizó el contrato para que se liquide y no sigas engrosando la deuda.
Cuando devuelvas el auto, en la concesionaria se hará una tasación del vehículo, donde se verá el valor comercial que éste tenga al momento de la devolución, considerando la depreciación por el uso.
Luego de tasar el auto, se comparará este monto con el valor de la deuda y si la deuda es menor al monto de la tasación, te devolverán la diferencia.
Generalmente, para todo crédito, se solicita presentar liquidaciones de sueldo o boletas de honorarios, en las que se acredite que existe un ingreso mensual y hay una antigüedad o permanencia laboral. Cada empresa tiene sus propios requisitos respecto de la antigüedad de estos documentos.
Si no tienes un trabajo estable, puede que te otorguen el crédito, pero debes tener en cuenta que las concesionarias hacen una revisión caso a caso, pues se realiza una evaluación del comportamiento financiero histórico de cada persona, donde influyen parámetros como el no estar en DICOM, si tienes tarjetas de crédito, si estás al día con otras obligaciones financieras y si no estás sobre endeudado, entre otros factores.
Por ello, si ya tienes un auto en vista, lo más recomendable es que te acerques a la concesionaria, para que puedan evaluar tu situación en particular.
De igual manera que en otros tipos de créditos, estar en DICOM dificulta la obtención de un préstamo automotriz o de consumo, por lo que dependerá del criterio que se aplique en la concesionaria y de la evaluación comercial que realice la empresa a cada solicitante.
De todas maneras, existe la posibilidad de acceder a otros tipos de créditos, aunque ya no sería con la compra inteligente. Puedes ver más detalles en Comprar un auto estando en DICOM: ¿Qué opciones de financiamiento existen?.
Como en cualquier negociación en la que entregues un auto en parte de pago, lo recomendable es que el vehículo esté limpio por dentro y por fuera y que te asegures de corregir detalles que están a tu alcance y que no significan una gran inversión, como la reparación de alguna luz o pulir algún rayón superficial.
Esto permitirá que el proceso de inspección visual de tu auto sea más fluido y que, eventualmente, no se “castigue” tanto el precio en la tasación final.
En este caso, generalmente las concesionarias otorgan la posiblidad de renegociar la deuda o financiar el monto con otro crédito.
Puedes hacerlo siempre que hayas saldado primero la deuda con la concesionaria en la que compraste el vehículo y se haya realizado el alzamiento de la prenda para que el vehículo quede a nombre tuyo.
Solicita de manera gratuita información básica del vehículo AQUÍ