En Chile, las fuentes de ruido fijas como fábricas, edificios o casas, son normadas por el Decreto 38 del Ministerio del Medio Ambiente, que establece los máximos para cada tipo de fuente y los mecanismos de medición y sanciones. Sin embargo, deja fuera a las fuentes móviles como vehículos y medios de transporte aéreo.
Los medios de transporte terrestre como autos, motos y otros vehículos son normados en el apartado técnico de la Ley de Tránsito, donde no se establecen máximos en decibeles, sino que se vela por el buen funcionamiento de los vehículos y de esta forma controlar el exceso de ruido.
Por otra parte, en 2019 entró en regir el Decreto 7 del Ministerio del Medio Ambiente que establece límites máximos de ruido que pueden emitir los vehículos livianos, medianos y motocicletas que ingresan al país, estableciendo el máximo en 80 decibeles, quedando así prohibido el ingreso a vehículos que superen ese límite.
Esta norma abarca a los vehículos que han ingresado al país a partir de esa fecha, dejando al parque ya establecido en el territorio nacional bajo la regulación que establece la Ley de Tránsito.
La Ley de Tránsito, en sus artículos 77 y 201, establece que al conducir un vehículo motorizado sin silenciador o con este elemento dañado, con el tubo de escape en malas condiciones o con el tubo de salida antirreglamentario, se incurre en una falta menos-grave con una sanción que puede ir de 0,5 a 1 UTM y retención de licencia hasta regularizar la sanción. A enero de 2023, estos valores fluctúan entre $30.885 y $61.769.
En este sentido, la normativa hace hincapié en el buen funcionamiento mecánico de los vehículos, exigiendo que las partes del auto y moto estén en buenas condiciones y conserven las propiedades recomendadas por los fabricantes. Es en este punto donde los amantes de las modificaciones y el tuning suelen caer en la ilegalidad haciendo ciertos cambios que alteran las características de fábrica y diseño de los vehículos.
Por otro lado, cabe mencionar que no todo vehículo ruidoso es ilegal y como ejemplo están los autos deportivos de gama alta que, por su año de fabricación, cumplen las normas que los regulan. Igual situación se da con las motos tipo Harley Davidson que portan sistemas de escape homologado y aun así hacen suficiente ruido para activar las alarmas de los autos alrededor.
El futuro, sin embargo, se vislumbra menos ruidoso, pues en Europa ya se están probando los radares de ruido que se pretenden instalar junto a los de velocidad.
En Estados Unidos, en tanto, se sanciona en las calles a los vehículos que superen los 90 decibeles y desde 2017 está prohibida la fabricación e importación de automóviles que superen los 80 decibeles, situación que hace vislumbrar un eventual ajuste de la legislación nacional para adaptarse a los estándares de los países que marcan la pauta a nivel internacional.
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