Hace varios años, luego de un entrenamiento de Carlo De Gavardo en la altura de El Salvador, en pleno desierto de Atacama, todos le preguntaban cosas respecto de la velocidad que alcanzaba y los tiempos que batía cada vez que iba a entrenar antes de un Paris Dakar. No obstante, y para sorpresa de muchos, De Gavardo interrumpió y lanzó: “Manejar rápido es fácil, lo difícil es manejar bien y despacio”.
¿Por qué habrá dicho eso? Porque el paso de cambios, la sincronía de los mismos y la maniobrabilidad se ponen más a prueba al rodar despacio por un camino agrietado o lleno de ‘calaminas’, que pasando los cambios sin mayores obstáculos en una autopista de alta velocidad.
Frente a esta realidad, lo primero que debes tener claro a la hora de conducir bajo circunstancias y condiciones diferentes, es precisamente eso, que cada camino es diferente y por lo tanto requiere de su propio modo de conducción.
Si vas a ir a probar suerte en caminos hostiles, como barro, nieve o arena, probablemente estarás solo o con muy poca gente que te pueda ayudar. Es por eso que intenta tener en tu vehículo lo siguiente:
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Más de alguna vez viste en la playa o el campo, en la arena o el barro a un tremendo Jeep todoterreno enterrado con sus dueños ayudando a enterrarse aún más mientras pisan descontroladamente el acelerador para salir. Error fatal. En ese caso, además de estar gastando energías tuyas, te estás estresando, sobrecalentando tu vehículo y desperdiciando bencina.
Vamos a explicar lo más simple posible. En física, la presión que ejerce un cuerpo sobre otro está determinada, en buena parte, por la superficie de contacto de ese cuerpo sobre otro. A mayor superficie de contacto, menor es la presión ejercida. Por lo tanto, al desinflar tu neumático aumenta la superficie de contacto de este con el suelo, ejerciendo menor presión y enterrándose menos o nada.
Es el mismo principio de los ski para la nieve, que no se entierran por ser mucho más largos que tus zapatos o aquellos esquimales que andaban con raquetas en los pies. Con ellas aumentaba la superficie de contacto con la nieve y tampoco se enterraban.
Por el contrario, si vas con neumáticos inflados para carretera con 30 o 40 libras, la superficie es mínima, al mismo tiempo que el aire lo hace más rígido, transformando la rueda literalmente en una pala, si es que busca salir de estar enterrado. Aunque tengas un jeep con motor V8 y 4x4, si tienes 40 libras en los neumáticos puede ser que no te entierres, pero con seguridad tu motor trabajará de más para sortear obstáculos.
Desinfla tus neumáticos, revisa su presión. Desinflar los neumáticos en terrenos hostiles no fomenta en ningún caso un pinchazo, fomenta que tu vehículo sufra menos.
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Como te comentábamos más arriba, el paso de cambios, la sincronía de los mismos y la maniobrabilidad pueden ser muy diferentes en terrenos complicados. Por ello, a continuación te mencionamos algunos factores en los que debes poner especial atención si vas por estos senderos:
Presión de aire: Primero que nada, te decimos que cualquier terreno distinto del pavimento, sea cual sea, requiere de menos presión de aire en los neumáticos. Eso es ley; y no hay potencia, torque ni neumáticos grandes que aporten más que quitar presión de aire a tus ruedas. Además de salir airoso de alguna maniobra, estarías forzando menos el embrague, caja de cambios y el motor.
Curvas: Cuando estés con los neumáticos listos para la arena, barro o nieve intenta no dar curvas muy cerradas, menos con velocidad, puesto que el riesgo de desmontar neumático es mayor. Da curvas tranquilo y lo más amplia que permita la maniobra.
Estabilidad del terreno: Si tu experiencia en la arena es baja; hay dos consejos de conducción en este tipo de terrenos que son útiles. Primero anda temprano por la mañana, la arena está menos blanda y es más fácil circular o practicar. Si vas a subir una duna o cerro y quedas atascado en la mitad, nunca dejes el vehículo bajar en neutro, lo ideal es conseguir poner marcha atrás e ir bajando con el vehículo enganchado, siempre recto hacia atrás.
Uso de los frenos: Evita frenar en seco bruscamente. En arena te entierras, en nieve deslizas y en barro o te deslizas o te entierras. Los movimientos en terrenos hostiles están lejos de ser bruscos. Suavidad, calma, poca presión en los neumáticos e idealmente un buen 4x4 son la mejor receta.
Si vas conduciendo en lluvia en un camino pavimentado, nunca pises el freno en medio de una curva. Arriesgas derrapar y feo.
La adrenalina de conducir fuera de pista debe traducirse en contacto con la naturaleza, con quienes te acompañan y con tu vehículo. No lo maltrates, recuerda que debe llevarte de vuelta a casa.
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